Los milagros si existen y una familia lo comprobó al pasar por un momento muy difícil y superarlo de una manera inexplicable para los médicos.
Se trata del caso de Autumn Carver, quien fue diagnosticada con COVID-19 cuando estaba a punto de dar a luz.
Su historia conmovió a todo el personal del Hospital de Indiana, Estados Unidos, donde estuvo internada varios meses.
A la mujer de 34 años de edad le hicieron una cesárea de emergencia y durante el proceso quedó en coma y fue conectada a un respirador mecánico.
Los médicos le dieron muy pocas esperanzas de vida. Pero el destino le dio otra oportunidad.
Ocurrió un milagro
Carver, ahora madre de tres hijos, fue hospitalizada de emergencia por COVID-19 un día antes de dar a luz. Los médicos tuvieron que colocarle un ventilador porque no podía respirar por su cuenta.
Poco después del nacimiento de Huxley, Autumn también fue colocada en una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea, o ECMO, que elimina el dióxido de carbono de la sangre y envía sangre con oxígeno al cuerpo, lo que permite que el corazón y los pulmones tengan tiempo para descansar y sanar.
El estado de la mujer se agravó rápidamente y los médicos le informaron a su esposo, Zach Carver que tenía pocas esperanzas de sobrevivir.
“Me dijeron que tenía cero por ciento de posibilidades de sobrevivir. Fue el peor día de mi vida”, contó.
Zach se aferraba a su fe y a la esperanza de que Autumn se recuperaría. El equipo de galenos que la atendió hizo todo lo que estaba a su alcance para lograr que saliera de la gravedad, pero también informaron que era muy probable que la madre necesitara de un trasplante de pulmón.
Despertó por el amor a su bebé
Contra todo pronóstico, Autumn logró recuperarse por su cuenta. Unos meses después volvió a reencontrarse con su hijo recién nacido, con su esposo y su familia. “Fue un milagro”, contó Zach, reseñó el portal Upsocl.
Autumn comenzó su rehabilitación al mismo tiempo que pasaba tiempo con su bebé. La mujer tuvo que tomar tratamientos de terapia ocupacional y terapia del habla.
A pesar de que quedó con algunas secuelas en sus pulmones, para ella el mayor regalo fue poder reencontrarse con la gente que más ama.