Hay muchos aspectos que diferencian a Amy Adams de otras estrellas de Hollywood, pero uno de los rasgos más característicos de la famosa actriz, sin duda alguna, es su cabellera roja.
Desde que saltó al estrellato con su actuación en Junebug (2005) hasta protagonizar Desencantada (2022), la intérprete siempre se ha distinguido por su melena carmesí.
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Sin embargo, aunque nació para ser pelirroja, la actriz no tiene el cabello naturalmente de este color sino rubio. De hecho, en los inicios de su trayectoria, llevó su tono de pelo original.
“Cuando me teñí el pelo de rojo por primera vez, sentí que era lo que la naturaleza quería”, contó a People. “El pelo rojo encajaba con mi personalidad. Yo era una rubia terrible”.
Fotos de Amy Adams en los inicios de su trayectoria
Amy Adams comenzó su carrera en el cine a finales de la década de los noventa con un papel en Muérete, bonita (1999). En el filme, la intérprete lució su cabellera rubio fresa natural.
A partir de entonces, la entonces novel intérprete continuó encarnando personajes en toda clase de producciones tanto para el cine y la televisión en los que mantuvo su pelo dorado.
Cruel Intentions 2 (1999), Buffy, la cazavampiros (2000), Smallville (2001), Atrápame si puedes (2002) y The Last Run (2004) fueron algunos de los proyectos en los que actuó rubia.
No obstante, aunque su carrera iba encaminada, su vida profesional dio un giro para bien cuando se vio obligada a despedirse del rubio para pasarse al bando de las pelirrojas.
En 2004, la actriz de entonces 27 años tuvo que teñirse el cabello rojo oscuro por primera vez para interpretar a Alice Doherty en la serie de televisión Dr. Vegas, encabezada por Rob Lowe.
“Interpreté a una enfermera y estaba esta hermosa rubia, Sarah Lancaster, que fue elegida como la crupier del casino”, contó a Backstage en 2012. “Estaba en una habitación con ella y dijeron: ‘Alguien tendrá que cambiar el color de su cabello”.
“Ella es bronceada con estos hermosos ojos verdes de leona y esta melena de cabello rubio”, recordó. “Y la miré a ella y a mí, con mis pecas pálidas, y pensé: ¡Vaya, me pregunto cuál de nosotras se va a poner pelirroja!”, narró.
Por supuesto, la novata Amy tuvo que someterse al makeover sin imaginarse que no solo alteraría su imagen, sino también el curso de su carrera en la tenaz meca del cine.
“Realmente cambió las cosas. La gente comenzó a verme de una manera diferente, para diferentes roles”, explicó. “No sé si puedo dar crédito solo al color del cabello, pero tal vez ayudó a la gente a verme más allá del rubio”.
En otra charla durante TimesTalk en 2016, la seis veces nominada al Oscar profundizó en el dramático impacto que tuvo el cambiar el rubio fresa al rojo que todavía conserva.
“Según los papeles para los que me llamaban, la gente respondía a ciertos tipos de personajes conmigo de rubia”, afirmó en el evento organizado por The New York Times, según People. “En cuanto me puse pelirroja, era peculiar y divertida en lugar de coqueta y tonta”.
“Fue realmente fascinante ver solo un elemento de ti mismo cambiar la percepción de las personas y eso se convirtió en una herramienta muy poderosa para mí, incluso en mi actuación”, concluyó la artista que cumplió 49 años este 20 de agosto.