El aloe vera es una de las plantas más relacionadas con el cuidado de la piel. Desde hace tiempo atrás se hizo famoso por su poder reparador y aclarador, pero abundan muchos más beneficios que harán cambiar el aspecto de tu piel notoriamente.
Además de ser un mágico astringente logrando una profunda limpieza en el rostro, tiene un efecto calmante ideal para pieles con acné, psoriasis, quemaduras, entre otras lesiones. A esto hay que sumarle sus propiedades antioxidantes.
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Si le temes a los efectos de los radicales libres, como las arrugas, la pérdida de la elasticidad y también del brillo, el aloe vera puede ser tu mejor aliado; pues fortalece las membranas de la piel.
Aloe vera: poderoso hidratante
El aloe vera es de una de las opciones naturales ideales para gozar de un cutis 100% hidratado, pues posee un gran porcentaje de agua en su interior. Lo mejor de todo es que se encarga de retener la humedad por largas horas, lo que genera una sensación de frescura.
Dentro de todos los beneficios de la también conocida como “sábila”, es que promueve la producción de colágeno y elastina. Lo que cambia por completo el aspecto de la piel, además de verse mucho más saludable, las líneas de expresión se reducirán a su mínima expresión al igual que las cicatrices y las manchas.
Una de las formas de usar esta poderosa planta es aplicando su gel o pulpa directamente en el rostro con un poco de zumo de limón. Puedes licuarla o simplemente batirla con un tenedor para luego aplicarla sobre el cutis, en toda la zona del escote y por supuesto el cuello. Deje actuar por 20 minutos y enjuaga con agua tibia.