En el catalogo de Netflix hay una película chilena que es desgarradora y trata el tema del abuso sexual y la trata infantil. Se trata del film “Blanquita”, un drama escrito y dirigido por Fernando Guzzoni.
“Blanquita”, está basado en el caso Spiniak, que en 2003 implicó la desmantelación de casos de abuso y trata infantil de la mano de un famoso empresario. El elenco está encabezado por Laura López, Alejandro Goic, Amparo Noguera y Marcelo Alonso.
El largometraje latinoamericano terminó por desenmascarar una red de pedofilia encabezada por un senador chileno. El director Fernando Guzzoni eligió centrarse en uno de los testimonios de la investigación de una adolescente cuyo nombre luego toma la película.
Blanca, la testigo clave
La joven vivía en un orfanato donde ocurrían las violaciones y sus detalladas experiencias que dice haber tenido en esos eventos sirvieron luego como evidencias para denunciar al senador en cuestión, reseñó el portal Rating Cero.
“Blanca, una residente de un hogar de acogida de 18 años, es la testigo clave en un escándalo que involucra a niños, políticos y hombres ricos que participan en fiestas sexuales. Sin embargo, cuantas más preguntas se hacen, menos claro se vuelve exactamente cuál es el papel de Blanca en el escándalo”, es la sinopsis de FilmAffinity.
La vida de Blanquita nunca ha sido nada sencilla. Ella es una testigo vital dentro de un caso de escándalo sexual que involucra a numerosos políticos de Chile.
La critica la considera un relato crudo
El cura que regenta el orfanato, Manuel Cura, obligará a Blanca a atender a los medios y contarles su versión, lo que hará que para unos se convierta en un símbolo feminista. Sin embargo, conforme avanza la investigación comienzan a descubrirse que no todo es como lo cuenta Blanca.
El drama ha sido destacado por la crítica como un relato crudo, pero justo con la historia real y con interesantes matices en sus personajes.
“Uno de los aspectos más destacados de la película es su elección estilística: la falta de color y la aparente falta de emotividad en la narrativa. (…) Fernando Guzzoni ha creado un retrato crudo de la supervivencia en un mundo oscuro, y aunque no es una película fácil de ver, es una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la victimización y el poder en nuestra sociedad”.