11 días a bordo del histórico Buque Escuela Juan Sebastián Elcano lleva la princesa Leonor de Borbón y ya se le nota el cansancio y las magulladuras provocadas por las exigencias físicas que tiene que seguir cualquier guardamarina en su preparación.
Como lo ha recalcado la Casa Real de España, la hija del rey Felipe VI y la reina Letizia, recibe el mismo trato que cualquier guardamarina mas dentro del barco: hace guardias nocturnas, tiene que subirse a maniobrar en el palo mayor y arriad las enormes velas.
Además de estudiar la teoría, Leonor tiene que poner en practica lo aprendido en el terreno y trabajar sin descanso, tanto es así que al atracar la embarcación en Tenerife fue denominada, únicamente, por sus apellidos, al igual que el resto de sus compañeros.
Desde ojeras a moretones
Desde la Armada y Casa Real se insiste en que esta no está recibiendo ningún trato preferencial y que es una más. Detalles como estos morados en el brazo hacen ver que así es.
Asimismo, las guardias nocturnas, cumpliendo con un estricto horario en el que se reparten las franjas entre los alumnos, podrían ser las responsables de las ojeras que la princesa lleva presentando desde que atracó la nave.
Rostro de agotamiento por el enorme esfuerzo físico que realizan todos los integrantes del buque. En su día, las vigilancias nocturnas también hicieron estragos en su padre, Felipe VI.
Felipe hasta golpes en la cabeza recibió
Según el portal Lectura, el programa que sigue la princesa Leonor “es una copia exacta del que siguió su padre el 9 de enero de 1987″, cuando cumplió el Rey con su formación en el mar.
La escritora Pilar Eyre, destaca en su blog “la tormenta espantosa” con la que tuvo que lidiar un imberbe Felipe de solo 19 años y en la que todos sus compañeros acabaron mareados.
“(El Rey) se tuvo que levantar a medianoche para su primera guardia y cuando salió a cubierta, una ola lo tiró al suelo y se dio un gran golpe en la cabeza. Dos horas más tarde de incesante lucha contra los elementos, otra ola se estrelló contra la proa y rompió un palo, pero hasta cuatro horas después Felipe no pudo volver a su litera. Empapado, exhausto, aún tuvo que ayudar a los compañeros que se mareaban y habían llenado la camareta de vómitos”, destaca la periodista catalana experta en realeza.
Esta aventura aun empieza y a la princesa Leonor le esperan cinco meses de sustos, sinsabores, preocupaciones y, también, recuerdos imborrables.
En este tiempo, la futura reina recorrerá 8 puertos internacionales, con paradas en Brasil, México o Nueva York, donde debería recibirla el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.