Cuando se hablan de predicciones del futuro de la raza humana, siempre se tendrá en cuenta al famoso astrólogo Nostradamus. Un médico francés conocido mundialmente por anticipar hechos de la actualidad a pesar de haber vivido hace siglos.
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Nostradamus: la predicción más peligrosa que se estaría cumpliendo en el año 2024
Dentro de sus profecías más sonadas, se encuentran la caída de las torres gemelas en el año 2001 y la muerte de la Reina Isabel II de Inglaterra en septiembre de 2022. No obstante, dentro de todas sus predicciones, existe una inquietante que ha llamado la atención de los amantes del medio ambiente.
Es una profecía que tiene por nombre “chemtrails”, y suele ser relacionada con el uso de aeronaves y la estela de gases contaminantes que suelen dejar los aviones en el cielo. Contaminación que tiene abierto el debate sobre los niveles de gases del efecto invernadero que generan los miles de aviones que vuelan diariamente el mundo.
“El pájaro Real sobre la ciudad solar, siete meses antes habrá hecho nocturno augurio: Mar de Oriente caerá trueno, relámpago. Siete días a las puertas los enemigos entonces”, relata la profecía.
Aficionados al tema de las profecías asocian al “pájaro real” con los aviones de guerra comerciales que se movilizan en el cielo. En cuanto a la noche del augurio con truenos relámpagos, estaría altamente vinculado con la furia de la tierra misma debido al cambio climático sufrido en los años.
Nostradamus: “Chemtrails” es la profecía tóxica que está relacionada con los gases contaminantes de los aviones
Los aviones se han convertido en uno de los medios de transportes con mayor crecimiento en cuanto a su uso, no solamente para transportar pasajeros, sino también carga. Por lo tanto, este aumento genera más emisiones de gases contaminantes, según explica el sitio web experto en el medio ambiente Ecología Verde.
“El transporte aéreo emite aproximadamente el 2% de las emisiones mundiales de carbono. Para poder contabilizar las emisiones de CO2 se calculan teniendo en cuenta el número de pasajeros, el tipo de avión, el número de ciclos de despegue y aterrizaje, la distancia, entre otros factores”, asegura.
