La Navidad está que llega, y es la época perfecta para regalar todo tipo de cosas a los seres queridos. Sin embargo, desde la perspectiva del Feng Shui, una creencia milenaria que busca la armonización del entorno, ciertos elementos podrían no ser los más adecuados para regalar debido a su poder para atraer energías negativas.
PUBLICIDAD
Feng Shui y Navidad: objetos que no se pueden regalar debido a su aura de mala suerte
Relojes: según el Feng Shui, regalar los relojes puede ser visto como una cuenta regresiva del tiempo, lo que significa un simbolismo negativo, como una cuenta atrás a la relación o la vida.
Objetos cortantes: cuchillos, tijeras y otros objetos cortantes deben evitarse según el Feng Shui, debido a que representan el corte de la energía y sus conexiones.
Plantas espinosas: según el Feng Shui, las plantas como los cactus se deben evitar, ya que se cree que sus puntas afiladas pueden “pinchar” la mala suerte.
Paraguas: regalar un paraguas puede interpretarse como dar una herramienta para que la persona se proteja o se aleje de sus seres queridos.
Objetos con ángulos agudos: elementos como muebles con bordes afilados o decoraciones que forman ángulos agudos se consideran generadores de “flechas envenenadas” en el Feng Shui, ya que pueden crear energía negativa y agresiva.
Feng Shui y Navidad: algunos regalos pueden atraer las malas energías
Zapatos: para el Feng Shui, regalar zapatos puede significar darle la posibilidad a la persona que se vaya, que camine lejos y puede ser interpretado como un deseo de distancia.
PUBLICIDAD
Pañuelos: suelen estar asociados con despedidas y lágrimas. Regalar pañuelos puede significar que se está esperando una tristeza.
Espejos: espejos rotos son un conocido presagio de la mala suerte. Incluso cuando están intactos. Sin una ubicación y un manejo adecuado, podrían traer la mala suerte al hogar.
Animales enjaulados: regalar animales en jaulas puede verse como un acto de restringir la libertad y crear energía estancada.
Corbatas: a pesar que son usadas por los hombros en el día a día, pueden ser consideradas como un simbolismo de rigidez, lo que se traduce en un pensamiento de que la persona es aburrida, además de considerarse de mala suerte.