Para las personas talla grande es muy incomodo viajar en clase económica en un avión, pues los asientos no están hechos de un tamaño adecuado, además de tener que soportar miradas, comentarios y burlas por su sobrepeso.
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Esta es la historia de una influencer de talla grande que ha pasado por esa situación en reiteradas oportunidades y ha exigido a la Autoridad Federal de Aviación y a las aerolíneas que brinden a los viajeros con sobrepeso tantos asientos libres como necesiten para volar cómodamente.
Se trata de Jaelynn Chaney, creadora de viajes y estilo de vida con sede en Vancouver, quien hace la petición la petición a la Autoridad Federal de Aviación.
“Proteja a los viajeros de talla grande y haga que viajar en clase económica sea cómodo y accesible para todos”.
¿También reembolso de dinero?
Asimismo, pidió que las aerolíneas se vean obligadas a reembolsar a los pasajeros con sobrepeso por cualquier asiento adicional que se vean obligados a comprar al reservar para adaptarse a su tamaño.
“Como viajeros de talla grande, mi pareja y yo lamentablemente hemos experimentado discriminación e incomodidad mientras volamos”, escribió en su petición, que ha sido firmada por unas 4.300 personas, reseñó el portal Daily Mail.
“A todos los pasajeros de talla grande se les debe proporcionar un asiento libre adicional, o incluso dos o tres asientos según su tamaño, para satisfacer sus necesidades y garantizar su comodidad durante el vuelo”, agregó.
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Chaney dice que el tema del reembolso debe ser un proceso sencillo al que se pueda acceder en línea o a través del servicio de atención al cliente.
“Las aerolíneas deberían ofrecer un reembolso a los pasajeros de talla grande que compran asientos adicionales de forma independiente”.
Discriminación en cada vuelo
Esta clara que el precio de los boletos tendría que aumentar si se cumple con su petición y reconoce que los pasajeros sin sobrepeso podrían enfrentar precios de boletos más altos para ayudar a cubrir las mejoras.
“Durante un vuelo de Pasco a Denver, mi prometido fue objeto de comentarios de odio, miradas de desaprobación e incluso se negó a sentarse junto a ellos, lo que equivale a discriminación”, expresó.
“Del mismo modo, en otro vuelo, me obligaron a ocupar solo un asiento con reposabrazos inamovibles que me causaron dolor y hematomas”.
