La actriz Jennifer Aniston para muchos es una estrella inalcanzable, que pocos seguidores podrían acceder a ella a menos que se acerquen a esas galas lujosas, con alfombra roja donde en oportunidades, a duras penas, la puedes ver de cerca.
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Pero resulta que la comediante, directora y productora estadounidense tuvo un encuentro muy cercano con sus seguidores en un lugar donde jamás podría imaginarse alguien se la tropezaría.
Aniston se presentó en un mercadito, o conocidos también como tianguis, para vender su línea de barras de proteínas en un puesto abierto al público.
Sencilla y humilde con todos
El que pasaba y la reconocía se sorprendía de su humildad y sencillez, de ser esa persona normal y cercana que está en un puesto de trabajo y atiende a sus clientes con cariño y mucha dedicación.
La intérprete de Rachel Green dejó por un tiempo la actuación y armó su emprendimiento del cual se siente muy feliz de atenderlo ella misma, además, le permite interactuar con el público.
Según Upsocl en solo un par de horas que estuvo la actriz para interactuar con sus seguidores y promocionar su marca, encantó a todos por su carisma, sencillez, desplante y sobre todo por su humildad.
Te compraría todo...
Allí tuvo la oportunidad de dejar a un lado el ser una diva de Hollywood, alguien inalcanzable para muchos, para convertirse en un ser humano común y corriente.
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“Te compraría todo”, “Me encanta, eres tan genial”, “Conseguir barras de JA y que ella misma te las veda es un sueño hecho realidad”, “Si me acerco a un stand y está Jen trabajando ahí, me desmayaría”, fueron algunos de los cometarios de los cibernautas.
Jennifer Aniston no deja de ser una celebridad, exitosa, con mucho películas, series y premio en su carrera artística, simplemente quiso sentir el calor de la gente, el estar como cualquier persona y ofrecer algo que viene de su inteligencia y sus manos y demostrar que es tan sencilla y humilde como cualquier persona.