Ya han pasado 20 años desde que Letizia Ortiz y el príncipe Felipe se casaron. La gran transformación de la Princesa de Asturias en estos 20 años, en materia estilística han ido acompañados de una evolución de belleza muy favorecedora para la royal.
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Según la revista Mujer Hoy, Letizia nunca fue fiel seguidora de las tendencias, pero siempre se ha mantenido entre la elegancia y la sutilidad que marca el protocolo en la realeza.
Sus cambios a 20 años de matrimonio han sido para mejor y aquí te explicamos que tan notorios son.
Letizia de novia a esposa
El día de su compromiso con el príncipe Felipe, la periodista, Letizia Ortiz Rocasolano posó en el Palacio de El Pardo de Madrid con un look beauty que nada tiene que ver con su imagen actual y que marcaba el inicio de su nueva vida.
Mechas rubias, corte de pelo corto con el perfil muy desfilado, delineado en color verde en la línea de agua inferior (su favorito durante años), colorete muy subido y un labial mate en tono cereza. Esa Letizia quedó atrás hace ya algunos años.
Otro de los cambios de la royal es el de los recogidos. Son necesarios dentro de un marco de gala, pero nada acertados para sus inicios en la monarquía española.
Sus moños de entonces eran muy clásicos, rígidos, cargados de laca, ondas y cardados que marcaban las tendencias de la época pero que, irremediablemente, le hacían parecer mayor.
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La Princesa de Asturias y la elegancia
En 2023 las cosas cambian para Letizia con peinados más actualizados y rejuvenecedores. Sus favoritos, la coleta con ondas pulidas y deshechas y el moño bajo de bailarina con la raya a un lateral, sencillo pero puramente elegante y sofisticado.
En cuanto al corte de pelo, Letizia se posiciona a favor de la media melena. Más larga o más corta pero la mantiene siempre entre los hombros y el pecho.
Todo un acierto capilar que nada tiene que ver con el corte de pelo bob que llevó en 2015 y que no le llegaba a favorecer del todo, especialmente cuando lo peinaba con ondas.
Su maquillaje evolucionó
En cuanto al maquillaje, se decanta por la mirada para darle profundidad con un completo delineado tanto en el párpado como en la línea de agua.
El truco está en hacer el delineado con sombras de ojos, muy difuminadas y en tonos generalmente marrones junto a un toque de lápiz prácticamente gris que intensifica el smoky eye.
Destaca las pestañas largas y tupidas, y deja en un segundo plano a los labios, que los resuelve con tonos rosados y toques de brillo.
La piel mate pero ligeramente con un acabado cremoso y un colorete muy sutil, ponen la guinda a un maquillaje natural que rejuvenece a los 50.