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Julia Roberts impacta a todos con su piel perfecta a los 55 años: ¿Genética o medicina estética?

La actriz de Hollywood no oculta sus arrugas y pese a que el paso de la edad es implacable, goza de una piel tersa

A sus 55 años, el rostro de Julia Roberts se mantiene casi intacto, con una que otra arruga alrededor de los ojos y en la frente, la imagen fresca y natural no se ve distinta a la Vivian de la película Pretty Woman.

Aseguran expertos que la actriz de Hollywood se ha sometido a uno que otro retoque, pero nada que implique un proceso muy largo.

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Según la revista Vanitatis, Julia no ha perdido la expresión por culpa del bótox, no oculta las arrugas en el contorno de sus ojos y su piel no solo goza de un tono uniforme, sino que está tersa y llena de volumen. No hay ningún rasgo de descolgamiento.

Un poco de genética y otro de cuidado

Una entrevista al cirujano y médico estético, doctor Leo Cerrud, ofreció su diagnóstico de qué es lo que hace Roberts para tener el Santo Grial de la juventud, el correcto cuidado de la piel, la genética o las intervenciones quirúrgicas.

“¿Cómo se consigue atravesar las puertas de la madurez sin dejarse la piel en el intento y, sobre todo, sin que se note? Tengo dos palabras para Julia: bótox estratégico y medicina estética moderada pero constante”, dice Cerrud.

El experto asegura que Julia debió haber recurrido a la toxina botulínica a lo largo de toda su carrera, razón por la cual no se aprecia un cambio radical en su rostro.

Fue introduciendo este tipo de relleno de forma gradual y solo en las zonas en las que fuera necesario. “Nos podría hacer dudar, pero los milagros no existen”, afirma Cerrud.

Infiltraciones estratégicas

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El truco para conseguir mantener esa imagen natural está en la infiltración estratégica: “Se dejan casi sin tocar las patas de gallo para conseguir ese aspecto ‘natural’ que tanto le gusta a nuestra reina Letizia. Dejarte las patas de gallo es una decisión difícil porque la primera intención que uno tiene al ponerse bótox es borrarlo todo y eliminarlas por completo, como hace el resto de la gente, dándole al ojo un efecto como de ‘ojo muerto”.

La sonrisa de Julia es uno de los aspectos más importantes, sus labios no han perdido su forma o se hayan retraído, un habitual signo de la edad; siguen exactamente igual.

“Lo cual vuelve a hacernos pensar en el uso de ácido hialurónico en el labio superior, pero no para aumentarlo, sino para ‘mantenerlo’ en su sitio y detenido en el tiempo”, explica Leo Cerrud.

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Ni rastro de descolgamiento

También habla de la mandíbula de Julia, donde asegura apenas ha perdido definición y no hay ni rastro de descolgamiento.

“Llama poderosamente la atención la ausencia casi total de flacidez en el óvalo facial, el ángulo mandibular y cuello. ¿Otro milagro? No, medicina estética, radiofrecuencia, ultrasonidos, bioestimulación, masajes, ejercicios, yoga, lo que sea”.

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Es decir, a los estratégicos retoques con bótox y ácido hialurónico a lo largo de estas décadas, habría que sumarles los tratamientos intensivos, de cabinas, así como una rutina llevada a rajatabla.

A partir de cierta edad, la naturalidad y falta de signos del paso del tiempo no es una cuestión genética, sino de constancia y buen asesoramiento médico estético, y Julia Roberts lo sabe.

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