Si algo ha sabido hacer Shakira es desquitarse la traición que sufrió por parte de Gerard Piqué, quien le fue infiel con Clara Chía Martí, y a sus padres quienes la recibieron en su hogar sin importarles su sufrimiento.
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La cantante salpicó por completo a Monserrat Bernabéu, su ex suegra, al mencionarla en su session junto a Bizarrap y Joan Piqué, ex suegro, ha padecido el rechazo por parte de sus fans quienes le han cantado el tema de la cantante durante una de sus llegadas a la Kings League, proyecto de su hijo.
Los Piqué-Bernabéu no solían llevársela con Shakira, dejándola expuesta a desplantes que ahora han sido vengados por ella misma.
Shakira se vengó de sus exsuegros
Después de ser la víctima de su ex pareja y sus padres, la intérprete le hizo honor a su tema la “Loba” al reponerse de las traiciones y desquitárselas con todo.
Las miradas han acaparado especialmente a Monserrat quien apareció en un vídeo sujetándole la cara a la famosa mientras la manda a callar, lo que generó indignación entre los internautas.
Aunque la revista ‘Lecturas’ aseguró que la doctora “luchó hasta el final para que su hijo y Shakira se reconciliaran” sus intentos no fueron suficientes y ahora comienza a sufrir por sus propios nietos.
“Cuando Gerard viajaba por el fútbol y Shakira con sus giras, los niños, a pesar de tener niñeras, acababan siempre cenando y haciendo los deberes en casa de los abuelos”, mencionaron en el medio, al tiempo que aseguraron que Montserrat fue la que aconsejó a su hijo a que firmara el acuerdo para que la artista se llevara a los pequeños a Miami.
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La relación entre ambas se habría roto por tres razones: la indignación de Montserrat con la cantante por dedicarle un cariñoso post a Piqué cuando la relación estaba rota, lo que fue considerado por ella como una manera de presionarlo; el enfado de la artista cuando la familia Gerard rompió la sociedad que tenían juntos; y las imágenes de los padres de Piqué paseando por la Cerdanya con Clara Chía.
Ante el cóctel de enfrentamientos ente la familia, Shakira se encargó de que sus hijos no volvieran a llamar “abuela” a Monserrat, ni “abuelo” a Joan, situación que les ha caído como un balde de agua fría y que mantiene a la señora muy triste.
