Un hombre identificado como Matías Pauluch se encontraba en el paradero esperando transporte público, cuando se dio cuenta que en una moto iban tres personas: el padre de una familia que conducía, al medio un niño y detrás de él, su madre. Y mientras observaba esa escena, se dio cuenta que se cayeron un pañuelo, una mamadera y una bolsa.
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Según consigna TN, el hecho ocurrió en la localidad argentina de Leandro N. Alem, en donde el hombre fue a ver la bolsa que se había precipitado.
“La bolsa estaba bien atada. Me acerqué para ver qué era y descubrí billetes de $500 todos mojados. Abrí un poco más y se veían fajos, claramente de $100.000. Lo primero que hice fue cerrarla y dirigirme a la estación de servicio para ver si los playeros conocían a esa gente”, relató al citado medio.
Uno de los trabajadores le contó que efectivamente esa familia vivía en la zona, dándole la dirección. “Llamé a un amigo porque no podía andar con eso por la calle, en el colectivo, así que le pedí que por favor me buscara”, manifestó el hombre de 35 años.
Devolvió el dinero
Al llegar al lugar, le abrió la puerta la mujer que iba en la moto. “Me comentaron que habían vendido una moto y una parte de un terreno para juntar ese dinero. Tenían que hacer un tratamiento con uno de sus hijos que está muy enfermo”, relató.
“Yo no conté el dinero, pero cuando entregué la bolsa el hombre me dijo que había $2.500.000. Calculo que un poco menos, pero la cifra era muy cercana”, señaló.
No aceptó la recompensa
La familia quedó asombrada al ver que iban a recuperar el dinero, ya que lo daban por perdido. Tras el gesto de Pauluch, le ofrecieron una recompensa.
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“Para mí es un acto normal, si algo no es tuyo se devuelve. Yo no los conocía, ni tampoco me gusta hacer alarde del hecho, pero vi la posibilidad de ayudarlos y no lo dudé”, indicó.
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De igual manera, contó que le ofrecieron 10 mil pesos argentinos como recompensa. “No los acepté”, afirmó.
“Tengo una hija de seis años, e imagino que un hijo enfermo es lo peor que te puede pasar en la vida. En ese momento se me vino Catalina a la cabeza. Ellos me abrazaron, me agradecieron y me contaron la historia médica de su hijo. Ese dinero lo iban a usar para el traslado y el tratamiento que necesita”, manifestó.
Además, contó que no es la primera vez que encuentra algo, ya que trabaja en una discoteca. “Encuentro un sinfín de celulares y billeteras cada fin de semana. Siempre los publico en las redes y hasta ofrezco mi casa para que vengan a buscar lo que pierden”, relató.
“Son valores que me enseñó mi vieja, no es para que me digan que soy un héroe. Trabajo tengo, estoy buscando comprarme un terreno. No me sobra nada, pero jamás me lo hubiese quedado”, concluyó.